Cuando empecé a entender el dolor, me encontré con vos. Me encontré con un mundo de idílicos rencores, de falsas ideologías, y de perezas mentales. Me encontré que disparas muerte gatillando con el mismo dedo con el que sentencias asesinos. Me encontré que el mundo se dibuja ante tus ojos únicamente a tu antojo, gusto y placer. Que nada de lo que te revolotea te merece mayor atención; solo el mundo que armaste y amaste tiene validez. Que pasas del brócoli a la morcilla, y panfleto a la pancarta, tan rápido como pasas de victima a victimaria y de morir a matar. Me alejo de tu sombra entonces, y espero que tus nuevos cambios de vientos no soplen hacia aquí.
JPM
